Apóstol de Jesús "Santiago, el Hijo de Zebedeo o el Mayor", era el hermano
mayor de Juan, ambos originarios de Betsaida habitaban en la
cercana Cafarnaún, trabajando en el negocio familiar de pesca
en las riberas del Lago de Genesaret; pertenecían, pues, a una
familia de modestos propietarios con su padre Zebedeo. Estaban
asociados con otra pareja de hermanos, Pedro y Andrés en la
industria de la pesca del lago para cuyo trabajo contaban con
empleados ocasionales. De este círculo de pescadores Jesús se
llevó sus cuatro primeros discípulos: Pedro y su hermano Andrés,
Santiago y su hermano Juan.
Santiago, gozaba
de especial confianza y relación con Jesús, como uno de los
discípulos básicos, destacándose con Pedro y Juan del resto
de los discípulos, obteniendo el puesto de testigo privilegiado
en los momentos más importantes. El mismo Jesús apodó a
Santiago y a Juan con el sobrenombre de "hijos del
trueno" ( Mc, III, 17 ).
Santiago aparece
como una persona apasionada, llena de arrojo y decisión, capaz
de ponerlo todo en juego; como una persona que arrasa por su
empuje y que no se para en echar cálculos y medir
consecuencias. Santiago forma parte del grupo inicial de la
Iglesia Primitiva de Jerusalén.
Santiago estuvo
presente en momentos muy importantes de la vida de Jesús y se
ha considerado uno de sus discípulos predilectos. Asistió,
junto con Juan y Pedro, a la resurrección de la hija de Jairo.
Fue testigo en la Transfiguración y estuvo también el El
Huerto de Getsemaní.
San Lucas (
Lc, IX, 33) nos relata uno de sus momentos: junto a su hermano
Juan solicitó de Jesús que hiciese bajar fuego del Cielo para
arrasar a inhospitalarios samaritanos que se negaban a dar
albergue al maestro.
La tradición
le atribuye una gran labor de evangelización en la provincia
hispánica que le correspondió en el reparto que los Apostoles
realizaron con el fin de difundir el Evangelio de Cristo.
Probablemente llegó a España en el año 41 y permaneció en
ella hasta fines del año 42. Recorrió los caminos de Itálica,
Mérida, Coimbra, Braga, Iria, Lugo, Astorga, Palencia, Horma,
Numancia y Zaragoza, donde se le apareció la Virgen en el
Pilar. Después, por el Ebro, pudo tomar la Via Augusta de
Tortosa a Valencia, Chinchilla y Cazlona para regresar desde un
puerto murciano o andaluz a Palestina.
Herodes
Agripa, rey de Judea ( Act, XII, 2), nieto de Herodes El Grande,
lo hace decapitar con la espada hacia el año 44, convirtiéndose
en el primer apóstol en verter su sangre por Jesucristo.
Su cuerpo
fue trasladado por los Apóstoles a la Península Hispánica,
llevado en un bajel hasta Iria Flavia. Desembarcaron y caminaron
unas 4 leguas hacia septentrión por la antigua via romana de
Iria a Brigatium llegando a Liberodonum sepultando el cadáver.
Elevaron un mausoleo, "Arca marmorica", según
diplomas de Alfondo III, Ordoño II, Ordoño III y Sancho el
Craso. Según la tradición, junto al sepulcro de Santiago
reposaban los cuerpos de sus discípulos Atanasio y Teodoro.
Todo ello vió la
luz en tiempos de Alfonso el Casto y Teodomiro, Obispo de Iria
Flavia. En memoria de tan fausto acontecimiento, al lugar se le
llamó " Campus stellae " o " Compostela ".
El
rey Alfonso II manda edificar sobre el sepulcro una sencilla
iglesia y comienzan a llegar visitantes a la tumba del Apóstol.
Durante la época de la
Reconquista , Santiago se convierte en un personaje al que se
invoca para obtener la protección divina en la lucha frente al
infiel. Surge un Santiago Matamoros. Y en las ensangrentadas
luchas contra los moros , en muchas ocasiones la victoria se
atribuía a la ayuda e intervención divina merced a la invocación
a Santiago.
En el año 844, otro fenómeno sobrenatural daría el definitivo
espaldarazo a la figura de Santiago como encarnación de la
Reconquista. El 23 de mayo en Clavijo, cerca de Logroño, el rey
Ramiro I de Asturias se enfrenta a las tropas musulmanas de
Abderramán II en clara desventaja numérica. En pleno fragor de
la batalla el apóstol Santiago aparece espada en mano a lomos
de su famoso caballo blanco repartiendo tajos entre los
infieles. Los cristianos vencen contra pronóstico y el mito
jacobeo traspasa definitivamente los Pirineos. Nace el apelativo
de Santiago Matamoros.
En
el siglo X la peregrinación a Compostela es un hecho consolidado en la cristiandad. Es la época del camino de la costa, más seguro que los del interior, expuestos a las correrías árabes. Será a partir del año 1000 cuando se popularizan las peregrinaciones a Santiago, como antes lo hicieran los romeros con Roma o los palmeros con Jerusalén. Los monarcas comprendieron que mantener el Camino libre y expedito era asegurarse una vía de vital importancia económica, comercial y militar para controlar su territorio.
Dos
son lo reyes que más apoyarán la ruta jacobea: el navarro Sancho III el Mayor y el castellano Alfonso VI. El Camino se dota de una serie de infraestructuras (calzadas y puentes) y de lugares asistenciales para el peregrino. Fundamentales en este campo han sido las ordenes religiosas hospitalarias, entre las que destaca la de Cluny.
La
primera eclosión en las peregrinaciones a Santiago se produce en los siglos XI y XII, coincidiendo con el esplendor del arte románico. En 1122 el Papa Calixto II proclama Año Santo Jacobeo aquel en el que el 25 de julio coincida en domingo. Multitudes de gentes comienzan a llegar de todas partes de Europa dando un toque cosmopolita a las ciudades por las que pasa el camino. El Camino Francés es el más utilizado y por Roncesvalles se constatan miles y miles de peregrinos en estos años, más tarde con la conquista de Zaragoza se habilitaría el ramal de Somport a Puente La Reina. Las antiguas calzadas romanas de Burdeos a Astorga pasando por Vitoria y Briviesca y de Astorga a Iria Flavia sirven de base a la ruta jacobea y surgen gran cantidad de burgos y ciudades que acogen una nueva clase urbana de artesanos y comerciantes, la mayoría francos.
La Reconquista,
todo un proceso que transcurre desde el año 711 a 1492 hasta que Granada es tomada por los Reyes Católicos y se cierra el ciclo y la unidad de España.
A
partir del siglo XIV el Camino entra en declive, la peste negra ha diezmado la población europea, la cristiandad comienza a dividirse (los protestantes consideraban las peregrinaciones como actos populacheros), el mundo comienza a ensancharse y los monarcas dedican sus esfuerzos a conquistar nuevos mundos.
Allá por el siglo
XVI, el Arzobispo de Santiago, Juan San Clemente, ocultó el cuerpo por temor a losingleses que se aproximaban a la ciudad. Cuando mas tarde el Cardenal Payá ocupó la sede de Compostela descubrió nuevamente las reliquias del santo. Inició un minucioso proceso que envió a Roma y finalmente una Bula de León XIII " Deus omnipotens, del 1 de Noviembre de 1884 ratificó y confirmó la Sentencia de la Comisión Especial de la Sagrada Congregarción de Ritos, en la que se declaraban auténticas las reliquias de Santiago y de sus discípulos Atanasio y Teodoro.
La figura de
Santiago, como Patrón de España, ha sido acogida a o largo de toda nuestra historia de reconquista y conquista. Ahora comienza el Descubrimiento de América y de nuevo la figura de Santiago se hace notar: la intervención de Santiago es decisiva, en la mente de los descubridores y conquistadores:
"Y como cayó en tierra se espantaron los yndios y dijeron que abia caído yllapa, trueno y rayo del cielo,… Y asi bajó el señor Santiago a defender a los cristianos. Dizen que vino encima de un cavallo blanco,… y el santo todo armado y su bandera y su manta colorado y su espada desnuda y que venía con gran destrucción y muerto muy muchos yndios y desbarató todo el cerco de los indios a los cristianos que había ordenado Manco Inca y que llevaba el santo mucho ruido y de ellos se espantaron los indios. (..) Y desde entonces los indios al rayo lo llaman y le dicen Santiago…"(F. Guaman Poma, 1615)
En
los siglos XVII y XVIII se mejoran las comunicaciones y el Camino recobra parte del prestigio y recibe peregrinos ilustres, sin embargo en el XIX los librepensadores, los descubrimientos científicos, la revolución industrial y el desarrollo urbano no se llevan bien con un modo de vida con reminiscencias medievales. Fue tan aguda la crisis que en 1884 el papa León XIII tuvo que declarar verdaderos los restos del Apóstol reaparecidos en unas excavaciones (se habían escondido en el siglo XVI ante las amenazas de las incursiones inglesas comandadas por el pirata Francis Drake). Hoy en día la peregrinación a Santiago parece recobrar el esplendor de antaño, en 1985 la UNESCO declara la ruta jacobea como Patrimonio Universal de la Humanidad.
Su festividad se celebra el 25 de julio y es el patrón de España.
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